lunes, 27 de junio de 2011

IFE, órgano regulador tomado.

El PRI y la Cámara de la Industria de Radio y Televisión han convertido ya el Instituto Federal Electoral en un caso más de órgano regulador tomado por sujetos regulados. Lo mostraron sin embozo el jueves pasado y es de temerse que confirmen esa situación en la reunión del Consejo General que se efectuará hoy.

El PRI y la CIRT tienen objetivos en común, lo que los conduce a una estrategia también afín, para anular la independencia del IFE. Han emplazado sus piezas del modo más conveniente para su objetivo. El viernes subrayamos que los representantes del PRI y su sucursal verde en un comité clave son diputados miembros de la telebancada (como se llama a la fracción de las televisoras en las cámaras de diputados y de senadores) Andrés Massieu y Carlos Esteva. El PRI y la CIRT cuentan con el inequívoco apoyo y refuerzo de dos consejeros, Francisco Xavier Guerrero y Marco Antonio Baños. A sus votos se suma, cuando la ocasión lo demanda el de Macarita Elizondo.

Había que ver, oír o leer la reacción del consejero Guerrero, presidente del Comité de Radio y Televisión ante acuerdos que privilegian no a las televisoras sino a la competencia democrática, asumidos por mayoría de dos en ese grupo de trabajo. Los consejeros Alfredo Figueroa y Benito Nacif sacaron adelante una enmienda al reglamento de radio y televisión, que se discutirá hoy en el Consejo General. Se trata de acortar los plazos en que el IFE haga llegar a los concesionarios de radio y televisión los mensajes de los partidos durante la campaña electoral. Si se establece un término más breve –de 48 horas en vez de diez días conforme a la regla vigente– el debate entre partidos hará más viva la campaña, pues los participantes en las elecciones podrán reaccionar en corto plazo frente a propuestas o invectivas que sus antagonistas planteen. Ahora es imposible el diálogo a través de spots, pues cuando aparezca la reacción de un partido frente a otro habrá transcurrido tanto tiempo que la respuesta o contrapropuesta puede ya carecer de sentido.

La medida incomoda a la Cámara de la Industria de Radio y Televisión por varios motivos. No acaba de asimilar el papel del IFE como administrador de los tiempos del Estado en torno a las elecciones, y busca que aparezca como una intromisión en negocios privados y no como lo que es, el cumplimiento de obligaciones fiscales a través de un órgano que, a diferencia de la Secretaría de Gobernación (administrador de ese tiempo fuera de las épocas electorales) se propone que la ley sea acatada. Por lo tanto, pretende que las normas del órgano regulador se sujeten a los requerimientos del sujeto regulado.

Guerrero asumió el papel de parte agraviada cuando sus compañeros Figueroa y Nacif formaron la mayoría para acordar la modificación al reglamento que deberá ser sometida hoy al Consejero General. Eso ocurrió al cabo de la sesión donde el comité de radio y televisión tomó sus acuerdos, en la madrugada del jueves. En ese caso la pinza del PRI y la CIRT no pudo apretar a los consejeros al punto de hacerlos mudar su parecer.

Horas después, en la sesión del Consejo General que entre otros temas se ocupó del proyecto de reglamento del derecho de replica, la pinza fue eficaz. Expresó el punto de vista del partido tricolor, en el colmo de la inverecundia (es decir, de la desvergüenza) el diputado Sebastián Lerdo de Tejada. Reproduciendo el argumento de la CIRT, señaló al IFE como invasor de esferas normativas ajenas, la del Congreso en particular. ¡Lo hizo un miembro de la Cámara de Diputados, cuya omisión ha sido la causa de que el IFE busque caminos alternativos, sujetos a la ley, para suplir la falta de cumplimiento de los legisladores a su obligación de regular en una ley el derecho de réplica

Por supuesto que los consejeros son libres de opinar y votar como mejor les parezca. Pero en el cumplimiento de sus responsabilidades deben dar prioridad al interés general sobre los intereses particulares, especialmente los de las televisoras. Los votos de Guerrero, Baños y Elizondo se orientan en sentido contrario. Sus argumentos coinciden –lo que es un modo benévolo de decirlo, porque podría conjeturarse que simplemente los repiten) con los de la CIRT y el PRI. Hoy volverán a privilegiar el interés político y pecuniario de los sujetos regulados en vez de favorecer la disputa política.

Tal vez la discusión de hoy se empate pues habrá tres votos en contra de enmendar el reglamento y probablemente tres (los de Figueroa y Nacif, y acaso el del presidente Leonardo Valdez).y por lo tanto la reforma quedará aplazada para nunca. La pinza apretará al IFE hasta paralizarlo.

El contubernio del PRI y la CIRT se expresa de varias otras maneras. No es casual que presida esa cámara Tristán Canales, que desempeñó cargos políticos y administrativos de alto relieve antes de ser vicepresidente de TV Azteca. Fue subsecretario de Gobernación bajo Patrocinio González Blanco Garrido, tío de Arely y Leopoldo Gómez, a quienes extiende la amistad política que lo une con su autoritario pariente. No obstante contar ya con Elizondo, Baños y Guerrero la dupla PRI-CIRT quiere afianza su mayoría y por eso se empeña en contar con dos consejeros más, Arely Gómez misma una de los dos. Ella se tiñó apenas de cierto tinte profesional en materia electoral cuando tuvo un paso opaco en la fiscalía de delitos electorales de la PGR. Pero no es su tenue experiencia, sino su parentesco con el vicepresidente de información de Televisa la que la llevará al IFE.