domingo, 3 de julio de 2011

Revelaciones de una acreedora.

Las revelaciones de Elba Esther Gordillo sobre su pacto político con Felipe Calderón fueron, al mismo tiempo el reclamo de una acreedora mal pagada y una amenaza no tan velada para que no se toquen zonas delicadas de su parcela gubernamental.

Su confesión fue parcial en dos sentidos. Por un lado, no incluyó entre los puestos que recibió a cambio de su colaboración con el ahora Presidente de la República, los que le permiten ejercer un dominio fundamental sobre la educación pública. Y le faltó explicar, a ella a la que no avergüenzan los acuerdos mantenidos en secreto, de qué modo contribuyó a la victoria de Calderón, al mínimo porcentaje de 0.56 % con el que formalmente se impuso a Andrés Manuel López Obrador.

Gordillo mencionó como el pago hecho por Calderón la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la dirección general del ISSTE y la de la Lotería Nacional. Sin decirlo expresamente, reprochó a Calderón que hoy sólo se respete la tercera de esas posiciones, la de Lotenal, a cargo de Benjamín González Roaro. La primera, ocupada por Roberto Campa, el candidato presidencial de Nueva Alianza, el partido propiedad de Gordillo, está hoy a cargo de un panista de larga carrera, Juan Miguel Alcántara Soria. Y la dirección del ISSSTE, que abandonó Miguel Ángel Yunes en febrero del año pasado para satisfacer su vieja gana de gobernar en Veracruz, ahora está en manos de Jesús Villalobos, de quien Gordillo es notoriamente desafecta y por cuya remoción está pugnando.

Por ello, sus revelaciones buscan asegurar la permanencia de su yerno Fernando González Sánchez en la Subsecretaría de la Educación Básica, de muchas maneras los más importantes de la SEP. Con esa presencia allí Gordillo ha conseguido que, en varios sentidos no haya negociación bilateral entre la secretaría y el sindicato, sino sólo decisiones de la lideresa, pues la contraparte del sindicato que dirige, responde al interés de la profesora. De allí su rivalidad con Josefina Vázquez Mota, despedida probablemente a pedido de la profesora. De allí su desdén por el secretario Alonso Lujambio, a quien descalificó como precandidato presidencial al afirmar que “lo ideal sería que…trabajara de tiempo completo”. No conviene a la dirigente magisterial que la SEP tenga un tercer titular. Se abriría con ello el riesgo de que su yerno fuera desplazado, y se afirmara la tendencia de Calderón a no respetar esa parte de su acuerdo con Gordillo o considerar que ya se dio por cumplido. Lujambio no intentó siquiera sustituir a González Sánchez ni a Luis Ignacio Sánchez Gómez, administrador federal de los servicios educativos en el DF, igualmente pieza fundamental de la presencia gordillista en la SEP.

Tras reconocer explícitamente su pacto con Calderón, Gordillo pretendió justificarlo. Hasta se ufanó de que negociar es ingrediente esencial de la política y ella se dedica a eso, a la política. Tiene razón en abstracto. Le falta en los términos concretos de su relación con el ahora Presidente. Éste dio en pago a los servicios de la dirigente magisterial el control de una delicadísima área de la administración pública, de la que depende activar un instrumento necesarísimo para el desarrollo nacional. Impugnada desde varios miradores nacionales e internacionales, la educación mexicana se halla postrada y maltrecha por la conjunción de varios factores. Pero en todo análisis sobresale la nociva presencia del SNTE, no como legítima contraparte de la relación laboral, sino en funciones de autoridad.

Gordillo puso en ridículo a su aliado político. No sólo desmintió expresamente lo dicho hace poco por Calderón: “Con el SNTE hay una alianza, sí, pero es educativa, no política”. Ante el silencio de su contraparte, que no ha osado enfrentar las relevaciones de Gordillo, queda claro que Calderón mintió sobre la naturaleza de su vínculo con la organización del magisterio. Vínculo que, por lo demás, se tendió con él a falta de otra opción. Explicó la profesora que en 2006 no podía aliarse con Roberto Madrazo, al que eludió nombrar, porque a la sazón él se empeñaba en echarla del PRI, ni con López Obrador, que no aceptó siquiera hablar con ella. De manera contundente, el candidato de la coalición Por el bien de todos, dijo que él no se relacionaba con mafiosos”. Ese fue el recado con el que contestó el requerimiento de Gordillo, que había pedido a Ignacio Marván ser intermediario para acercarse al tabasqueño. Marván lo relató así a Ricardo Raphael, que lo hace constar en su libro Los socios de Elba Ester. Calderón no tuvo ese reparo y con él se arregló la profesora.

Ya había antecedentes de trato entre ambos, con Miguel Ángel Yunes de intermediario. Al día siguiente del triunfo de Calderón sobre Santiago Creel en la elección interna panista de 2005, Yunes y Gordillo telefonearon al ya candidato panista y de la conversación se infiere que al menos en Veracruz ambos actuaron en provecho de Calderón.

¿Qué hizo Gordillo, a través del sindicato y su partido, para contribuir al triunfo de Calderón ya en la contienda constitucional de 2006? Algunas de sus acciones son públicas y notorias. Por ejemplo, el abandono a su candidato presidencial Roberto Campa. Los miembros del SNTE recibieron la instrucción de votar por los candidatos de Nueva Alianza para diputados y senadores, pero no para Presidente. Ese voto fue orientado a Calderón y significó un millón de sufragios: la suma de la votación para legisladores postulados por ese partido llegó a un millón cuatrocientos mil, mientras que Campa recibió sólo cuatrocientos mil.

En la organización electoral fue eficaz el arreglo entre Calderón y Gordillo. Un personero de esta última tiene a su cargo esa importante función en el IFE desde agosto de 2004. Miguel Ángel Solís Rivas se formó en materia electoral a la manera clásica del viejo régimen: era un profesor miembro del SNTE que cumplió varias funciones administrativas en los gobiernos priístas de Baja California Sur y formó parte de la estructura de la Comisión Federal Electoral. Sus funciones en la primera elección presidencial en que participó, ya como miembro del IFE, le permitieron desplegar a un ejército de sus compañeros en los órganos electorales, por designación, y en las casillas por reemplazos: Entre una cuarta y una quinta parte de los funcionarios de mesa fueron sustituídos por ausencia del titular, eso sin contar la designación directa de presidentes, secretarios y escrutadores en las secciones electorales de atención especial, es decir aquellas en que no se cuenta con funcionarios elegidos mediante sorteo. De modo que cuando el IFE alegó en 2006 que era calumnioso insinuar que los ciudadanos a cuyo cargo estuvieron las mesas participaron en el fraude alegado por el lopezobradorismo, se mordía la lengua pues sabía que buena parte de esos funcionarios no eran los mexicanos probos y de buena voluntad que, en efecto, nada tuvieron que ver con la probable distorsión del resultado. No hay que olvidar que en números absolutos la diferencia entre los votos de Calderón y López Obrador fue de sólo 240 mil votos, resultado que pudo haberse obtenido manipulando un relativamente reducido número de casillas, aquellas donde la influencia del magisterio fue determinante.

Al día siguiente de sus revelaciones, Gordillo dio una nueva muestra de su poder, ahora en un territorio donde ejerce dominio indisputable, el Panal, Nueva Alianza. Después de un año de ser presidente espurio (porque se había agotado el término para el que fue elegido, sin que el IFE hiciera la mínima observación a esa ilegalidad), Jorge Kahwagi fue reemplazado en apariencia por Luis Castro Obregón, elegido presidente del partido, pero en la realidad por la propia hija de Gordillo, la diputada local Mónica Arriola, que será la secretaria general.

Castro Obregón regresa a México a cubrir esta encomienda después de un decenio de residencia española. Vinculado a Gordillo desde 1989, el año de su ascenso al cacicazgo magisterial, fue su secretario particular y su representante en diversos organismos. Auspiciado por su jefa, fue designado director de Notimex para Europa. Salió del clóset en enero de 2006 como miembro del Centro de Investigación y Seguridad, aunque como presunto periodista realizaba tareas de espionaje.